EDUCAR ES AMAR JOSE LUIS GONZALEZ

                                                 
Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,35–10,1.6-8):
En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor.
Entonces dijo a sus discípulos: «La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.»
Y llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia. 
A estos doce los envió con estas instrucciones: «Id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.»
Palabra del Señor
Reflexión de Hoy
· Jesús recorría todas las ciudades y aldeas
Lo grande y lo pequeño. La multitud y el detalle. Jesús recorre las grandes avenidas y los rincones olvidados de nuestro mundo. El centro y las periferias. Donde van todos y donde no acude casi nadie. Adviento: Dios viene, no hay ningún lugar que escape de su mano.
· Enseñando en sus sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias
En la sinagoga y en las calles. Anunciando el evangelio y curando las enfermedades. La Buena Noticia se hace noticia buena para aquellos que están sufriendo. Si Dios es un Dios cercano, que lo es, no puede permanecer al margen de mi dolor. Adviento: Dios viene, no hay ningún dolor que escape de su mano.
· Se compadecía de las gentes, porque estaban extenuadas y abandonadas
Compasión y ternura. Ponerse en el lugar del otro. Sabe detectar qué le ocurre a cada persona. Misericordia. Corazón sensible. Adviento: Dios viene, no hay ninguna circunstancia que escape de su mano.
· Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.»
«Id al mundo entero», fue la última palabra que Jesús dirigió a los suyos, y que sigue dirigiéndonos hoy a todos nosotros (cf. Mc 16,15). Hay toda una humanidad que espera: personas que han perdido toda esperanza, familias en dificultad, niños abandonados, jóvenes sin futuro alguno, enfermos y ancianos abandonados, ricos hartos de bienes y con el corazón vacío, hombres y mujeres en busca del sentido de la vida, sedientos de lo divino... No os repleguéis en vosotros mismos, no dejéis que las pequeñas peleas de casa os asfixien, no quedéis prisioneros de vuestros problemas. Estos se resolverán si vais fuera a ayudar a otros a resolver sus problemas y anunciar la Buena Nueva. Encontraréis la vida dando la vida, la esperanza dando esperanza, el amor amando. (Carta del Papa Francisco a los consagrados con motivo del año de la Vida Consagrada).

Vuestro hermano y amigo
Óscar Romano, cmf.

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