(cfr Ger 31,15)
Sobre la tierra se está combatiendo la ultima batalla entre la vida y la muerte, entre Dios Padre de la Vida y satanás “asesino desde el inicio” (Gn 8,44).
Victima de este apocalíptico pleito es el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, que el “gran enemigo” trata de matar de cualquier forma con la absurda ilusión de destruir a Dios que vive en cada uno de nosotros.
Victima de este apocalíptico pleito es el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, que el “gran enemigo” trata de matar de cualquier forma con la absurda ilusión de destruir a Dios que vive en cada uno de nosotros.
Consecuencia de todo esto son: las manipulaciones genéticas, la esterilización de masa, la destrucción de la familia, la corrupción de la inocencia, la eutanasia, ahora extendida también a los ninos... mas sobretodo el aborto porqué ataca la raíz de la vida.
Actualmente rebasan los mil millones las victimas de este vil y horrible masacre: la única diferencia que existe entre matar un nino recién concebido y un hombre adulto, es que el nino no puede ni gritar y meno defenderse y no deja un gran bulto como cadáver. Para desaparecer “el cuerpo del delito” del homicidio existen los drenajes, los rellenos de basura, los inceneridores de basura, las fabricas de cosméticos.
?Que podemos hacer para “parar este masacre”, como gritó al mundo Juan Pablo II?
La Armada Blanca. Movimiento eclesial por la Vida, no condividendo los métodos violentos porqué la violencia genera violencia, inició a recoger los cuerpos de los ninos asesinados en los hospitales, dando una digna sepultura en los cementerios donde además se instaló una estatua de “Maria, Madre de los ninos no nacidos”.
Esta iniciativa, realizada por primera vez en la ciudad de L’Aquila y seguida en muchas parte del mundo, es testimonio que los residuos del aborto no son basura, mas hijos del hombre con cuerpo e alma y que el aborto es un homicidio.
Así como los ninos de Belén fueron victimas del egoísmo de Herodes, así hoy los ninos asesinados por el aborto son victimas del egoísmo del hombre.
En su ultimo libro “Memorias e Identidad”, Juan Pablo II dice: “Fue un parlamento regularmente electo que consintió (...) la eliminación de millones de hijos e hijas de Israel.” E anadió: “Nos debemos preguntar al resguardo de algunas decisiones legislativas, tomadas en los parlamentos de los actuales régimen democráticos. La referencia inmediata es a las leyes sobre el aborto. Cuando un Parlamento autoriza la interrupción del embarazo, consintiendo el aborto, comete algo grave sobre el ser humano inocente y puro, y sobre todo, de cualquier capacidad de autodefensa. Los parlamentos que aprueban y divulgan esas leyes, tienen que estar concientes que van mas allá de sus limites, poniéndose en conflicto con las Leyes de Dios y de la naturaleza” (cap.22).
En el Evangelio, Jesús declara solemnemente: “Cada ves que hicieron estas cosas a estos pequenos, lo hicieron a Mi"(Mt 25,40); en cada nino victima del aborto se vuelve a Crucificar a Jesús, de consecuencia la potencia de intercesión de estos pequenos mártires es inmensa.
Adjuntamos la oración aprobada por la Iglesia para que todos los fieles se dirijan a ellos. Podremos de esta manera dar a estos ninos una voz y la oportunidad de declararse en la dimensión del espíritu y del amor, ya que en su corta existencia terrenal solo tuvieron la oportunidad de un “grito silencioso”.
Ahora los ninos no nacidos están en el Corazón del Padre. Estamos seguros que serán los intercesores de Su Misericordia que es “mas fuerte del pecado, mas fuerte del mal, mas fuerte de la muerte” (Dives in Misericordia VIII,15).
Ahora los ninos no nacidos están en el Corazón del Padre. Estamos seguros que serán los intercesores de Su Misericordia que es “mas fuerte del pecado, mas fuerte del mal, mas fuerte de la muerte” (Dives in Misericordia VIII,15).
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