(ACI).- El Obispo de San Sebastián (España), Mons. José Ignacio Munilla, ha publicado una carta por el día de los Santos Inocentes en donde anima a la defensa de la vida y a “mantener encendido el debate social sobre el aborto”.
“Entre todos los escaños electos en las elecciones del 20 de diciembre para el nuevo Congreso de los Diputados, por el momento no consta que haya ni un solo parlamentario que defienda públicamente la tutela del derecho a la vida humana desde el momento de su concepción hasta la muerte natural”, asegura el Prelado en su carta y apunta a que es algo que se produce “por primera vez en la vida política española”.
En ese sentido el Obispo de San Sebastián apuntó que actualmente no existe un partido político con representación parlamentaria que defienda la convicción sostenida por una parte importante de la población, en materia de familia y vida.
Además advierte que España afronta graves problemas para formar gobierno por la existencia del mapa parlamentario mas fragmentado de la historia de la democracia.
“Paradojicamente, nunca como ahora los partidos políticos habían comulgado sin fisuras con el pensamiento único de la ideología de genero, y nunca como ahora se habían encontrado con una dificultad tan grande para ponerse de acuerdo en el ejercicio del poder político”, aseguró Mons. Munilla en su carta.
De esta manera concluye que “del pensamiento único no se desprende una mayor facilidad para la acción política conjunta. Y no es difícil entrever que la explicación de este hecho tiene mucho que ver con la lógica del poder”.
Sin embargo el Obispo anima a ir a la raíz del fenómeno. “Cuando la acción política deja de respetar la ley natural y ya no cree en ella, el concepto de ‘bien común’ es sustituido por el de ‘interés general’”, que son conceptos muy distintos.
En ese sentido, explica que del “bien común” nadie puede quedar excluido, “la justicia es buena para todos: Lo que es verdaderamente bueno para mi?, no puede ser malo para el otro”.
Sin embargo cuando la política no parte de “un concepto de justicia insertada en una ley natural”, se limita a invocar el “interés general”.
Un concepto en el que “se esconde una lucha de intereses “particulares”, en la que siempre tiene las de perder el mas débil”, como son los “inocentes concebidos y no nacidos”. “En la lógica de la ideología de genero, el derecho de la mujer a decidir, puede estar en contraposición con el derecho a la vida del nasciturus. Si negamos el ‘bien común’, solo cabe el ‘interés general’; que obviamente, ya sabemos cual es: el del mas fuerte”, señala.
Mons. Munilla explicó que “la batalla por la defensa de vida humana mas débil, no se juega exclusivamente en las leyes”.
En España en el año 2014 descendieron en un 12,8 por ciento el número de abortos provocados con respecto al año anterior. Unas cifras que según el Prelado apuntan a que “cada vez que en España se reabre el debate social sobre el aborto, disminuyen el numero de estos”, mientras que cuando deja de debatirse, aumentan.
El Obispo afirma que aunque en la legislatura que se inicia no se espera que haya ninguna iniciativa política en favor de la defensa de la vida humana “es muy importante mantener encendido el debate social sobre el aborto”.
Por eso apunta a tres frentes en la causa pro vida. El primero “iluminar las conciencias, frente a la tentación del pensamiento único”. “Es importante poner en evidencia la contradicción existente en los valores éticos de nuestra sociedad”, destaca.
Además destaca la paradoja de que en algunas cajetillas de tabaco se puede leer: “Las autoridades sanitarias advierten: fumar durante el embarazo perjudica la salud de su hijo”, mientras que según la ideología de genero “se niega a dar el estatus de “hijo” al “embarazo no deseado”. Si es deseado es “alguien”, de lo contrario solo sera? ‘algo’”.
Como segundo punto el Obispo destaca “la implicación muy directa y comprometida en la ayuda a las mujeres embarazadas en situaciones de riesgo”. En ese sentido apunta a que la disminución del número de abortos ha estado en parte motivada por la participación solidaria de muchas personas anónimas con las mujeres que han tenido un embarazo inesperado en situaciones difíciles.
Mons. Munilla también invita a “pasar por la puerta de la misericordia a cuantos se vieron implicados en el aborto”, como tercer punto de ayuda en la causa próvida. “La oferta de este perdón no tiene nada que ver con una relativizacion del mal cometido, cuanto con la proclamación de la misericordia infinita de Dios, capaz de sanar y rehacer la historia de nuestra vida. De hecho, quienes experimentan esta misericordia, llegan a convertirse en testigos privilegiados de la dignidad de la vida humana”, asegura en la carta.
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