VATICANO, 21 Dic. 15 / 10:57 am (ACI/EWTN Noticias).- El Papa Francisco aseguró hoy que es “un verdadero consuelo” que los males y escándalos –muchos de estos manifestados durante el año que acaba– no podrán ocultar la eficiencia de los servicios que la Curia Romana ofrece al Papa y a la Iglesia.
“Los males y hasta los escándalos no podrán ocultar la eficiencia de los servicios que la Curia Romana –con esfuerzo, responsabilidad, diligencia y dedicación– ofrece al Papa y a toda la Iglesia, y esto es un verdadero consuelo”, dijo el Santo Padre en su audiencia con la curia vaticana con motivo del saludo navideño.
Francisco recordó que en su discurso a la curia romana en 2013 destacó “dos aspectos importantes e inseparables del trabajo de la Curia: la profesionalidad y el servicio, indicando a San José como modelo a imitar”. El año pasado, por otra parte, les advirtió de una serie de tentaciones, en lo que consideró un “catálogo de los males curiales”.
Estos males, advirtió, podrían afectar a todo cristiano, curia, comunidad, congregación, parroquia y movimiento eclesial, y que exigen “prevención, vigilancia, cuidado y en algunos casos, por desgracia, intervenciones dolorosas y prolongadas”.
“Algunos de esos males se han manifestado a lo largo de este año, provocando mucho dolor a todo el cuerpo e hiriendo a muchas almas”, lamentó, y señaló que “es necesario afirmar que esto ha sido y lo será siempre objeto de sincera reflexión y decisivas medidas”.
La reforma de la Curia, aseguró, “seguirá adelante con determinación, lucidez y resolución, porque Ecclesia semper reformanda (La iglesia siempre debe ser reformada)”.
El Papa destacó que a pesar de los males y escándalos “sería una gran injusticia no manifestar un profundo agradecimiento y un necesario aliento a todas las personas íntegras y honestas que trabajan con dedicación, devoción, fidelidad y profesionalidad, ofreciendo a la Iglesia y al Sucesor de Pedro el consuelo de su solidaridad y obediencia, como también su generosa oración”.
“Es más, las resistencias, las fatigas y las caídas de las personas y de los ministros representan también lecciones y ocasiones de crecimiento y nunca de abatimiento”, añadió.
Francisco señaló que estas ocasiones “son oportunidades para volver a lo esencial, que significa tener en cuenta la conciencia que tenemos de nosotros mismos, de Dios, del prójimo, del sensus Ecclesiae y del sensus fidei”.
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