San Pablo compara al cristiano con un atleta. Se es atleta para ganar un premio, para obtener una victoria, pero para los que creemos en Jesús esa corona no se alcanza en la tierra, sino en la vida eterna cuando alcancemos a Cristo, nuestra recompensa.
Por: D. José Luis González | Fuente: http://catholic-link.com/
San Pablo compara al cristiano con un atleta. Se es atleta para ganar un premio, para obtener una victoria, pero para los que creemos en Jesús esa corona no se alcanza en la tierra, sino en la vida eterna cuando alcancemos a Cristo, nuestra recompensa.
“¿No sabéis que en las carreras del estadio todos corren, mas uno solo recibe el premio? ¡Corred de manera que lo consigáis! Los atletas se privan de todo; y eso ¡por una corona corruptible!; nosotros, en cambio, por una incorruptible. Así pues, yo corro, no como a la ventura; y ejerzo el pugilato, no como dando golpes en el vacío, sino que golpeo mi cuerpo y lo esclavizo; no sea que, habiendo proclamado a los demás, resulte yo mismo descalificado” (1 Corintios 9, 24- 26).
Sabemos que el recorrido no es fácil, que nos cansamos, que algunas veces quisiéramos detenernos para siempre y “tirar la toalla”, pero es la fuerza del Señor la que nos devuelve al camino y nos permite seguir avanzando. Para profundizar en este tema les dejamos este blog que nos trae unos excelentes consejos para nuestro combate espiritual. ¡Pidámosle al Señor que nos ayude a recorrer con valentía y humildad nuestro camino!, para que poniendo todo nuestro empeño en alcanzarlo a Él, nuestra alegría sea plena.
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