ROMA, 16 Dic. 14 / 06:19 am (ACI/EWTN Noticias).- Los obispos de África occidental han hecho un llamado para obtener más ayuda a favor de un hospital católico ubicado en Sierra Leona, donde muchas personas siguen sufriendo a causa del ébola, asimismo, los sobrevivientes lamentan el destructivo impacto que la epidemia ha tenido en sus seres queridos y comunidades.
“La situación por el ébola es todavía muy sombría. Nuestros trabajadores de la salud están en un gran riesgo y algunos han perdido la vida”, señaló el P. Paul Sandi, Secretario General de la Conferencia de Obispos Católicos de Gambia y Sierra Leona.
El hospital católico Serabu (Sierra Leona), tiene 80 camas y atiende a 3.000 pacientes cada año. Está ubicado a unos 225 kilómetros de la capital Freetown y sirve a unas seis villas y otras zonas cercanas. Tiene dos doctores, catorce enfermeras, seis agentes de salud y un asistente de salud, informó la Asociación Nacional de Inmigrantes.
El hospital tiene gran necesidad de medicinas y otros suplementos médicos para combatir el ébola y otras enfermedades, como cólera, malaria y tifoidea, cuyos casos han aumentado debido a la inestabilidad del país
Aproximadamente 6.300 personas en África occidental han fallecido a causa del brote. En total fueron infectadas unas 17.800 personas. La mayor cantidad de infectados se encuentran en Sierra Leona, con unos 8.000 casos según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, otros cientos no fueron incluidos en las estadísticas.
Uno de los sobrevivientes es Umaru Jakema, infectado en octubre mientras ayudaba a llevar a un vecino al hospital, que posteriormente falleció.
Dos semanas después de la muerte de su vecino, Umaru comenzó a sentir los síntomas del ébola. Aunque sobrevivió gracias a los cuidados médicos, Jakema dice que ahora sufre la discriminación de los demás pobladores.
Sallay Gendemeh, de la ciudad de Kenema, también contó su historia. Recordó que su padre se desempeñaba como agente de la salud en su comunidad, con una farmacia en su hogar. “Un día de junio trató a una mujer de una villa cercana que decía estar mal de malaria y problemas de estómago. La paciente murió después y el laboratorio confirmó que había dado positivo de ébola”, relató. Posteriormente su padre cayó enfermo y murió. Luego enfermaron Sallay, su madre y dos hermanos.
“Afortunadamente fuimos llevados al hospital para el tratamiento temprano”, indicó. Sin embargo, el más joven de los hermanos falleció.
Sus pertenencias fueron quemadas como una manera de desinfectar la casa. Sallay lamenta que no sepan dónde fueron enterrados su padre y hermano. A pesar de ello, agradeció a la comunidad porque los están ayudando. “Vemos el futuro con esperanza”, afirmó.
El hospital de Serabu opera un centro de aislamiento para pacientes de ébola y también atiende a los niños que quedaron huérfanos a causa de la epidemia.
Los obispos de Gambia y Sierra Leona han pedido a La Asociación Nacional de Inmigrantes reunir fondos para adquirir equipos y medicinas para el hospital.
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