Con más de 800 pacientes ancianos a sus espaldas y una década de experiencia en el sector de los cuidados paliativos, el doctor Armando García Querol, co-fundador y director del Hospital San Camilo de Buenos Aires (Argentina) asegura que la eutanasia es una ofensa para la medicina.
“Yo soy médico y la medicina nació para proteger a la vida débil, esa es su finalidad. Que un médico mate es una cosa que ofende a la medicina”, explicó el Dr. Querol en declaraciones a ACI Prensa desde Roma, donde participó en la 21° Asamblea de la Pontificia Academia para la Vida, celebrada del 5 al 7 de marzo en el Vaticano.
El Dr. Querol ha destacado como médico especialista en Psicología Clínica, y ha sido docente de la Cátedra de Medicina Interna en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y la Maestría en Ética Biomédica del Instituto de Bioética de la Universidad Católica de Argentina.
Las palabras de Querol son muy similares a lo que dice el diccionario de la lengua española en su definición de Medicina: “la ciencia y el arte de precaver y curar las enfermedades del cuerpo humano”.
Aunque dicha definición no señala nada sobre ayudar a alguien a morir, todavía algunos doctores defienden la eutanasia, y en varios países del mundo se debate despenalizar su uso para las personas más vulnerables.
En Bélgica, Holanda, o algunos estados de Estados Unidos por ejemplo, la eutanasia ya es una realidad, y no solo para ancianos o las personas con enfermedades terminales, sino también para los niños.
Para Querol esto es “algo equivocado” ya que hay otras alternativas. “Hay personas a las que uno no le puede desear que la vida se le prolongue porque ve que hay un sufrimiento muy intenso, pero la respuesta a eso debería ser: tratar que no se sienta solo, ayudarlo. Abrir una puerta así donde por intereses distintos alguien va a preferir que se muera antes o después, me parece una cosa insensata, por algo en la mayoría de los países eso no se quiere aceptar, porque podría ser una manera de perder una orientación fundamental”.
Cuando hay afecto, nadie quiere morir
El objetivo principal del Dr. Querol es salvar vidas y acompañar hasta el final a los enfermos: “He acompañado a más de 800 pacientes en estos últimos diez años y ninguno me pidió que le aplicara la eutanasia, porque cuando la gente siente que hay afecto, nadie pide que lo maten, y lo que hace que eso surja es el sentimiento de abandono”, subrayó.
“Cuando una persona mayor, por ejemplo un anciano, está en esa actitud, es porque no soporta estar en un lugar que no significa nada para él y ver que su familia no está junto a él, entonces eso es una fuente de sufrimiento muy importante”, indica.
En la Asamblea del dicasterio, celebrada en el Aula Nueva del Sínodo y dedicada a la “Asistencia al anciano y cuidados paliativos”, el doctor expuso algunas poderosas razones para defender la vida hasta la muerte natural, hablando sobre los cuidados paliativos y el papel de la familia en esta última etapa de la vida.
“No me cabe ninguna duda que existiendo los cuidados paliativos la eutanasia pierde el sentido, porque tenemos elementos para controlar el sufrimiento de una forma muy razonable. Yo me planteo esto, que de 800 enfermos, ninguno me pidió que lo matara, porque sintió que las cosas podían tener otro sentido ¿no?”.
¿La opción correcta? Los cuidados paliativos
En su ponencia el doctor puso como ejemplo una descripción clínica de la situación del anciano con una enfermedad degenerativa crónica en su etapa avanzada, y analizó las necesidades del paciente, la familia y el equipo médico, con el objetivo de dar una asistencia digna en todos los sentidos.
Cuando la enfermedad es irreversible, los cuidados paliativos son fundamentales. Para Querol el valor de la presencia familiar, lo que él conoce como una “actitud sanadora”, también es una realidad que forma parte de los cuidados paliativos.
“Hacer uso de la presencia, y las palabras de esperanza, y cuando no hay palabras, lo que un poeta argentino, Evaristo Carriolo, llamó las manos vencedoras del silencio, es decir, el contacto”, anima.
Recientemente el Papa Francisco afirmó que la eutanasia no ayuda a las personas, sino que es “falsa compasión”, y en relación al abandono de los ancianos afirmó que “es pecado mortal”. Como médico, el Dr. Querol opina que “abandonar a una persona es un escándalo. Todos necesitamos de todos a distintas maneras. Eso es una misión que tiene que ver con la condición de personas y que es compatible con la dignidad”.
“En todo esto está presente el misterio, yo no entiendo porque un niño nace enfermo, pero el misterio pide que se lo habite, que se trate en medio de la humanidad, no que se pretenda suprimir la vida del que sufre, y esto me parece sensato y adecuado”.
Por su parte, la Asociación Médica Mundial, en su declaración sobre la eutanasia adoptada por la 38ª Asamblea Médica Mundial celebrada en Madrid (España), en octubre de 1987, afirmó que tanto el suicidio con ayuda médica como la eutanasia, son contrarios a la ética.
“La eutanasia es el acto deliberado de poner fin a la vida de un paciente, aunque sea por voluntad propia o a petición de sus familiares, es contraria a la ética. Ello no impide al médico respetar el deseo del paciente de dejar que el proceso natural de la muerte siga su curso en la fase terminal de su enfermedad”, señala el texto.
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