EDUCAR ES AMAR JOSE LUIS GONZALEZ

Foto : Beato Junipero Serra / Crédito :Flickr Wally Gobetz (CC-BY-NC-ND-2.0)
(ACI).- El fin de semana pasado Mons. José Gómez, Arzobispo de Los Ángeles, se reunió con más de mil adolescentes en la primera conferencia anual llamada “Ciudad de Santos” en la que recordó el pasado católico de la ciudad y los invitó a imitar su ejemplo.
El Prelado dijo que Los Ángeles es reconocida por “establecer el tono y la dirección para el resto del mundo en lo que respecta a la moda y la arquitectura, al entretenimiento, las artes y el comercio mundial”. Estos lugares, continuó, donde ahora se elevan los rascacielos y se extienden grandes autopistas fueron recorridos por santos.
Por ejemplo, la autopista US 101 de Hollywood fue el camino por donde transitaron los fundadores de los misioneros franciscanos de Los Ángeles y California, que estaban dirigidos por el hombre que será el primer santo hispano de Estados Unidos: el Beato Junípero Serra.
Otros santos que vivieron en esta tierra fueron Beata María Inés Teresa Arias, una refugiada mexicana, que fundó a las Hermanas Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento en la década de los años 30 y la Venerable María Luisa Josefa de la Peña (conocida como la Madre Luisita), también refugiada mexicana, que fundó a las Hermanas Carmelitas del Sacratísimo Corazón de Los Ángeles.
Mons. Gómez se centró en el beato Junípero Serra porque fue él quien proporcionó una de las primeras descripciones sobre California y es un ejemplo sobre cómo se puede ver el mundo a través de los ojos de un santo.
“Yo estaba pensando que todos deberíamos ver nuestro mundo como lo ven los santos, como lo ve Dios. Todos deberíamos ver lo que las Escrituras llaman el cielo nuevo y la tierra nueva en los que reine la rectitud”.
Por otro lado, recordó varios episodios de la coyuntura actual como la persecución a los cristianos en Medio Oriente, el escándalo de los videos sobre la clínica abortista Planned Parenthood y el 50 aniversario de los disturbios en Watts que nos recuerdan “el largo camino por recorrer antes de llegar a convertirnos en una ciudad de santos”.
Para “cambiar el mundo”, explicó el Arzobispo, primero se debe empezar por uno mismo y se debe evitar caer en el activismo. “Las soluciones y posibilidades reales -para nuestra ciudad y para nuestro mundo- son espirituales. Todo empieza a partir de ustedes y a partir de mí”.
“La paz en la tierra, la justicia en nuestras comunidades, todo empieza con nuestra respuesta personal al llamado de Dios, que nos está llamando a cada uno de nosotros a ser santos y a trabajar juntos para hacer de este mundo una ciudad de santos”.

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