EDUCAR ES AMAR JOSE LUIS GONZALEZ


Padre
¿Por qué los católicos llaman «Padre» al
sacerdote? La Biblia lo prohíbe:
No se dejen llamar maestro, porque un solo
maestro tienen ustedes y todos son hermanos.
Tampoco deben decirle padre a nadie en la
tierra, porque un solo Padre tienen: el que está
en el cielo. Ni deben hacerse llamar Jefe,
porque para ustedes Cristo es el jefe único (Mt
23,8-10).
Interpretando esto al pie de la letra, estaría
prohibido llamar «Padre» al propio papá y decir
«Maestro» o «Jefe» a ciertas personas. Pero no
es así. En realidad, la misma Biblia presenta el
don de ser «Maestro» (1Cor 12,28) o «Jefe» (Ef
5,23).
Lo que quiere decir Jesús es que sepamos
reconocer a «Dios» como el ser más importante
que está por encima de todo lo que existe y
aceptarnos los unos a los otros como
hermanos, sin considerarnos más importantes
que los demás.
Que el más grande de ustedes se haga servidor
de los demás. Porque el que se hace grande
será rebajado, y el que se humilla será
engrandecido (Mt 23,11-12).
En efecto, en la misma Biblia encontramos la
palabra «Padre» usada en un sentido material y
espiritual.
— Sentido material:
Honra a tu padre y a tu madre (Lc 18,20).
— Sentido espiritual:
Eliseo lo vio alejarse y clamaba:’¡P adre, padre
mío, carro de Israel y su caballería!’ (2 Re
2,12).
Sus servidores se acercaron a él cuando se
iba, y le dijeron: ‘ Padre, si el profeta te hubiera
mandado hacer una cosa difícil, ¿no la habrías
hecho? Y que fácil es bañarte como el profeta
te ha ordenado’ (2 Re 5,13).
Cuando el rey de Israel los vio, le preguntó a
Eliseo: ‘¿Debo matarlos, padre mío ?’ Él le
respondió: No los mates. No eres tú quien los
apresó con espada y con arcos (2 Re
6,21-22).
Entonces grita: ‘ Padre Abraham , ten piedad de
mí, y manda a Lázaro que se moje la punta de
un dedo para que me refresque la lengua,
porque estas llamas me atormentan’ (Lc
16,24).
Él respondió: Hermanos y padres , presten
atención (Hech 7,2).
Como vemos aquí, San Esteban llama
«hermanos» al pueblo en general y «Padres» a
los sacerdotes y a los ancianos.
El sacerdote mediante la administración de los
sacramentos, especialmente del Bautismo, y de
la predicación del Evangelio, se vuelve el
verdadero «Padre» de los demás cristianos, que
vienen a ser sus hijos.
Hijos míos, de nuevo sufro los dolores del
alumbramiento hasta que Cristo se forme en
ustedes (Gál 4,19).

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