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El Papa Francisco reza ante la imagen original de la Virgen de la Caridad del Cobre en Santiago de Cuba. Captura de Youtube
SANTIAGO DE CUBA, 21 Sep. 15 / 07:34 pm (ACI).- En el tercer día de su viaje apostólico en Cuba, el Papa Francisco visitó el Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre en Santiago de Cuba para rezar ante la imagen original de esta adovación de la Madre de Dios.
El Santo Padre llegó a Santiago de Cuba esta tarde en medio de un gran ambiente de alegría.
    
    
En el recorrido hasta el Seminario de San Basilio Magno en donde se reunió con los obispos, el Papa fue saludado por una gran cantidad de personas.
    
    
Concluido su encuentro con los Obispos de Cuba que se realizó en privado, el Papa Francisco se dirigió al Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre.
Acompañado por el Arzobispo de Santiago de Cuba, Mons. Dionisio Guillermo García Ibáñez, el Santo Padre ingresó a la Basílica menor con un ramo de flores y rezó de pie ante la Virgen.
El Pontífice Padre hizo la señal de la cruz ante la imagen y dejó las flores ante la imagen de la Madre de Dios. Durante unos minutos se sentó luego para seguir su oración en silencio durante unos minutos acompañado solamente por el séquito papal y por todos los obispos cubanos.
    
    
    
Luego el Papa rezó la oración a la Virgen del Cobre que también rezó ante ella San Juan Pablo II cuando la coronó en 1998.
Al concluir, Francisco encendió un gran cirio blanco junto a la imagen y dejó el especial regalo que llevó hasta ahí: un florero de plata con flores con tallos de plata y pétalos de cerámica.
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Antes de salir de la Basílica, el Pontífice se acercó a los niños del pequeño coro que acompañó el evento. Uno de ellos le obsequió un crucifijo y otro una imagen pequeña de la Virgen de la Caridad. Conversó brevemente con algunos y obsequió varios rosarios como suele hacer en estas ocasiones.
Esta es la oración que rezó el Papa ante la Virgen del Cobre:
¡Virgen de la Caridad del Cobre,
Patrona de Cuba!
¡Dios te salve, María, llena de gracia!
Tú eres la Hija amada del Padre,
la Madre de Cristo, nuestro Dios,
el Templo vivo del Espíritu Santo.
Llevas en tu nombre, Virgen de la Caridad,
la memoria del Dios que es Amor,
el recuerdo del mandamiento nuevo de Jesús,
la evocación del Espíritu Santo:
amor derramado en nuestros corazones,
fuego de caridad enviado en Pentecostés sobre la Iglesia,
don de la plena libertad de los hijos de Dios.
¡Bendita tú entre las mujeres
y bendito el fruto de tu vientre, Jesús!
Has venido a visitar nuestro pueblo
y has querido quedarte con nosotros
como Madre y Señora de Cuba,
a lo largo de su peregrinar
por los caminos de la historia.
Tu nombre y tu imagen están esculpidos
en la mente y en el corazón de todos los cubanos,
dentro y fuera de la Patria,
como signo de esperanza y centro de comunión fraterna.
¡Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra!
Ruega por nosotros ante tu Hijo Jesucristo,
intercede por nosotros con tu corazón maternal,
inundado de la caridad del Espíritu.
Acrecienta nuestra fe, aviva la esperanza,
aumenta y fortalece en nosotros el amor.
Ampara nuestras familias,
protege a los jóvenes y a los niños,
consuela a los que sufren.
Sé Madre de los fieles y de los pastores de la Iglesia,
modelo y estrella de la nueva evangelización.
¡Madre de la reconciliación!
Reúne a tu pueblo disperso por el mundo.
Haz de la nación cubana un hogar de hermanos y hermanas
para que este pueblo abra de par en par
su mente, su corazón y su vida a Cristo,
único Salvador y Redentor,
que vive y reina con el Padre y el Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos.
Amén.

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