EDUCAR ES AMAR JOSE LUIS GONZALEZ

Papa Francisco en la Misa en la Casa Santa Marta / Foto: L'Osservatore Romano
El Papa Francisco advirtió en la Misa en la Casa Santa Marta contra quienes privatizan la fe cerrándose en élites que desprecian al resto. Durante la homilía, y comentando la Epístola a los Hebreos, el Pontífice afirmó que “Jesús es la vía nueva y viva” a la que seguir “según la forma que Él quiere”.
Según el Papa, también existen formas equivocadas de vida cristiana, pero Jesús “da lo criterios para no seguir modelos equivocados, y uno de estos modelos equivocados es privatizar la salvación”, advirtió.
“Es cierto, Jesús nos ha salvado a todos, pero no genéricamente. Todos, pero a cada uno, con nombre y apellido. Y esta es la salvación personal. De verdad yo soy salvado, el Señor me ha mirado, ha dado su vida por mí, ha abierto esta puerta, esta vía nueva para mí, y cada uno de nosotros puede decir 'para mí'”.
“Pero existe el peligro -prosiguió- de olvidar que Él nos ha salvado individualmente, pero en un pueblo. En un pueblo. El Señor siempre salva en el pueblo. Desde el momento en que llama a Abraham, le promete hacer un pueblo. Y el Señor nos salva en un pueblo. Por eso, el autor de esta carta nos dice: 'Prestemos atención los unos a los otros. No existe una salvación solo para mí. Si yo entiendo la salvación así, me equivoco; me equivoco de camino. La privatización de la salvación es un camino errado”.
Francisco enumeró los criterios para no privatizar la salvación: “La fe en Jesús que nos purifica”; la esperanza que “nos hace mirar las promesas y avanzar”, y “la caridad: a saber, prestar atención los unos a los otros, para estimularnos en la caridad y en las buenas obras”.
“Cuando estoy en una parroquia, en una comunidad -cualquiera que sea- estoy allí, puedo privatizar la salvación y estar allí un poco socialmente. Pero para no privatizarla debo preguntarme a mí mismo si yo hablo, si comunico la fe; hablo, comunico la esperanza; hablo, hago y comunico la caridad. Si en una comunidad no se habla, no se dan ánimo el uno al otro en estas tres virtudes, los miembros de esa comunidad han privatizado la fe. Cada uno busca su propia salvación, no la salvación de todos, la salvación del pueblo. Y Jesús ha salvado a cada uno, pero en un pueblo, en una Iglesia”.
El Papa comentó que en la Carta a los Hebreos se da un consejo práctico e importante: “no desertemos de nuestras reuniones, como algunos tienen por costumbre”. Esto sucede “cuando estamos en una reunión -en la parroquia, en el grupo- y juzgamos a los otros”.
En esta circunstancia, “hay una clase de desprecio hacia los otros. Y esta no es la puerta, la vía nueva y viviente que el Señor ha abierto, ha inaugurado”.
“Desprecian a los otros; desertan de la comunidad total; desertan del pueblo de Dios, han privatizado la salvación; la salvación es para mí y para mi grupito, pero no para todo el pueblo de Dios. Y esto es un error muy grande. Es lo que llamamos y vemos: 'las élites eclesiales'. Cuando en el pueblo de Dios se crean estos grupitos, pensando ser buenos cristianos, también -quizás- tienen buena voluntad, pero son grupitos que han privatizado la salvación”.
Al final, el Papa remarcó de nuevo que “Dios nos salva en un pueblo, no en las élites, que nosotros hemos hecho con nuestras filosofías o nuestro modo de entender la fe. Y estas no son la gracia de Dios”.
A los fieles invitó a preguntarse: “¿Tengo la tendencia a privatizar la salvación para mí, para mi grupito, para mi élite, o no deserto de todo el pueblo de Dios, no me alejo del pueblo de Dios y siempre estoy en comunidad, en familia, con el lenguaje de la fe, de la esperanza y el lenguaje de las obras de caridad?”
“Que el Señor nos de la gracia de sentirnos siempre pueblo de Dios, salvados personalmente. Esto es verdad: Él nos salva con nombre y apellido, pero somos salvados en un pueblo, no en un grupito que he hecho para mí”, concluyó.

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