La historia de Danny le había impactado mucho, pues al joven le habían sucedido muchas desgracias a su corta edad. Ashley siguió el proceso muy de cerca a la vez que se informaba de todos los riesgos implicados en la donación de un riñón. Su filosofía estaba clara, quería dárselo porque realmente lo necesitaba.
El proceso fue bastante formal – durante todo este tiempo Ashley sólo se comunicó con la madre de Danny – pero al final decidieron conocerse. Para ello se juntaron ambas familias en un restaurante. A pesar de los nervios, lograron conectar.
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