VATICANO, 31 Oct. 15 / 07:28 am (ACI).- El Papa Francisco pidió esta mañana que la actividad empresarial y económica utilice una “ética que ponga en el centro a la persona y a la comunidad” y se respete la dignidad de los trabajadores, en especial de las mujeres, que tienen la vocación de ser madres.
Al recibir esta mañana en audiencia a la Unión Cristiana de Emprendedores Dirigentes (UCID) –una asociación privada de fieles regulada según el código de Derecho Canónico y cuya misión principal es desarrollar la Doctrina Social de laIglesia en la actividad empresarial– el Pontífice manifestó que la empresa y la oficina pueden ser “lugares de santificación”.
“La empresa es un bien de interés común” y “la economía y la empresa tienen necesidad de la ética para su correcto funcionamiento”, pero “no de una ética cualquiera, sino de una ética que ponga en el centro a la persona y a la comunidad”.
“Es decisivo tener una atención especial por la calidad de la vida de los empleados, que son el recurso más preciado de una empresa, en particular para favorecer la armonía entre trabajo y familia”, añadió.
El Papa dijo pensar especialmente en las trabajadoras, puesto que “el desafío es tutelar al mismo tiempo su derecho a un trabajo plenamente reconocido tanto en su vocación a la maternidad como a la presencia en la familia”.
“Cuántas veces, cuántas veces hemos escuchado que una mujer va al jefe y le dice: ‘Debo decirle que esto embarazada’ – ‘Desde final de mes no trabajaré más’. La mujer debe ser cuidada, ayudada en este doble trabajo: el derecho de trabajar y el derecho de la maternidad. Calidad es también la responsabilidad de las empresas por la defensa y el cuidado y por realizar un progreso, más sano, más humano, más social y más integral”, añadió.
Francisco les aseguró que la oficina y la propia empresa en la que se trabaje pueden ser “lugares de santificación, mediante el empeño de cada uno en construir relaciones fraternas entre emprendedores, dirigentes y trabajadores, favoreciendo la corresponsabilidad y la colaboración en los intereses comunes”.
“La UCID reúne a los emprendedores católicos que se ponen como objetivo ser artífices del desarrollo para el bien común”, explicó el Papa. Para ello, “ustedes dan gran importancia a la formación cristiana, profundizando en el Magisterio social de la Iglesia”.
“Este compromiso formativo es el fundamento de la acción, tanto personal, en el modo de vivir la profesión, como en la asociada, en el apostolado de ambiente”.
“Les exhorto –dijo Francisco- a proseguir con entusiasmo en vuestras actividades formativas, para ser fermento y estímulo, con la palabra y el ejemplo, en el mundo de la empresa”.
Al ser una asociación eclesial, el Santo Padre les recordó la llamada “a vivir lafidelidad a las instancias evangélicas y a la Doctrina social de la Iglesia en familia, en el trabajo y en la sociedad”. Pero además “en el espíritu de la misionariedad laical”.
“Esta llamada a ser misioneros de la dimensión social del Evangelio en el mundo difícil y complejo del trabajo, de la economía y de la empresa, comporta también una apertura y una cercanía evangélica a las diversas situaciones de pobreza y de fragilidad”.
“Se trata de una actitud, un estilo con el que llevar adelante los programas depromoción y asistencia, incrementando las numerosas y beneméritas obras concretas de compartir y de solidaridad que sostienen ustedes en varias partes de Italia”.
Pero “no basta con hacer asistencia, hagan un poco de beneficencia”, les pidió. “Es necesario orientar la actividad económica en sentido evangélico, es decir, al servicio de la persona y del bien común”.
“Ustedes están llamados a cooperar para hacer crecer un espíritu emprendedor de subsidiaridad, para afrontar juntos los desafíos y de mercado, antes entre todos los retos de crear buenas oportunidades de trabajo”.
“Piensen en los jóvenes, creo que el 40 por ciento de los jóvenes aquí hoy están sin trabajo. En otro país vecino son el 47 por ciento; en otro países vecino más del 50. Piensen en los jóvenes, pero sean creativos en crear oportunidades de trabajo que vayan adelante y den trabajo, porque quien no tiene trabajo no solo no lleva el pan a casa, ¡sino que pierde la dignidad!”, exclamó.
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