EDUCAR ES AMAR JOSE LUIS GONZALEZ

Mons. Carlos Osoro. Foto: Blanca Ruiz / ACI Prensa.
MADRID, 19 Nov. 15 / 02:11 am (ACI/EWTN Noticias).- Mons. Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid (España), ha celebrado esta noche una Misa en la catedral de Santa María la Real de la Almudena por las víctimas de los atentados perpetrados por los terroristas del Estado Islámico el 13 de noviembre en París (Francia) en los que fallecieron 129 personas y resultaron heridas más de 200.
En su homilía, el Prelado dijo que “no podemos permanecer insensibles ante las grandes tragedias humanas que llaman a nuestras puertas, como las personas víctimas del fundamentalismo, de la violencia o del hambre. No dejemos ganar al terrorismo. Su mayor victoria sería enajenarnos el alma; el alma de una Europa construida sobre unos valores de honda raigambre cristiana y que son tan universales y actuales”.
El Arzobispo señaló que “los actos terroríficos no pueden embotarnos el corazón. La mayor victoria del terrorismo sería que colonizase nuestro corazón con el odio y nuestra razón, haciéndonosla perder, con respuestas creadoras de más violencia. Libertad es enseñar a vivir como hermanos. Y esta es nuestra responsabilidad. No podemos confundir a los verdugos con las víctimas”
“El fundamentalismo es la pretensión idolátrica de sustituir el Misterio inefable y siempre amoroso de Dios por las propias ideas que se pretenden imponer de manera absoluta e intolerante a los demás. Supone la relativización de la vida –de la ajena y de la propia– al servicio de un fanatismo errático”, explicó luego Mons. Osoro.
Mons. Osoro destacó asimismo que “quien nos enseñó el Padrenuestro, nos reveló y nos dijo con su vida que somos hijos de Dios y hermanos de todos los hombres, se hace presente en este altar dentro de unos momentos en el Misterio de la Eucaristía”.
El Prelado se refirió a la importancia de “decir y vivir diciendo el Padrenuestro”, para que así venga la paz “en el corazón, en las relaciones interpersonales y las relaciones internacionales”.
El Arzobispo de Madrid señaló que los terroristas del Estado Islámico usaron “blasfemamente el nombre de Dios, a quien las grandes religiones confesamos como el Señor de la Vida, el que es Compasivo y Padre de Misericordia”. “Eliminar la vida de otros, sean quienes sean, instaura el odio y la violencia en esta tierra”, alertó.
Ante esta tragedia, dijo, “Cristo nos empuja a la fraternidad, que es una palabra sagrada dentro del imaginario de nuestra nación hermana Francia, donde la fraternidad tiene unas resonancias especialmente emotivas”.
Además afirmó que “ante la situación de dolor que hemos vivido, no queremos quedarnos paralizados por el miedo o la aflicción” porque “el Evangelio nos invita a la vida” y “nos convoca a descubrir que en verdad el otro es un hermano por muy diferente que sea”.
También evocó a “los cristianos perseguidos y masacrados en diversos países de Oriente Medio. Demasiada sangre, demasiados intereses espurios inundan nuestra tierra”.
Por ello insistió en “una paz basada en la justicia, en la igualdad de oportunidades para todos, en el respeto a lo que nos diferencia y en el empeño por acabar con cuanto nos desiguala”.

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